miércoles, 31 de agosto de 2011

Texto del dia


Miércoles 31 de agosto

Moisés era con mucho el más manso de todos los hombres (Núm. 12:3).

Moisés se armó de valor para dirigirse al faraón de Egipto, un gobernante que era considerado, no un simple representante de los dioses, sino un dios mismo. A este poderoso, arrogante y terco monarca nadie podía decirle lo que tenía que hacer. Su palabra era ley. Fue ante este individuo que Moisés, un humilde y manso pastor, tuvo que presentarse repetidas veces y sin invitación. ¿Y qué le dijo Moisés al faraón? Le pidió que dejara salir del país a millones de esclavos israelitas y le advirtió que si no lo hacía, Dios castigaría a Egipto con devastadoras plagas. ¿Habrá necesitado valor Moisés? ¡Claro que sí! (Heb. 11:27.) En siglos posteriores, los profetas y otros siervos fieles de Dios también tuvieron que defender con valentía la adoración pura en medio de un mundo hostil dominado por el Diablo. De ellos, Pablo dijo: “Fueron apedreados, [...] murieron degollados a espada, [...] hallándose en necesidad, en tribulación, bajo maltratamiento” (Heb. 11:37). w09 15/7 4:6, 7

No hay comentarios:

Publicar un comentario