lunes, 26 de septiembre de 2011

Texto del dia

Lunes 26 de septiembre

Ustedes, sin embargo, no han de ser así (Luc. 22:26).

Orar con sinceridad nos ayudará a descubrir las verdaderas motivaciones que hay detrás de nuestros deseos. Por ejemplo, si queremos ocupar un cargo de superintendencia en el pueblo de Dios, ¿es porque deseamos humilde y sinceramente ser útiles y hacer más por el Reino? ¿O porque anhelamos “tener el primer lugar” o incluso enseñorearnos y dominar a los demás? (3 Juan 9, 10; Luc. 22:24-27.) Si le oramos con franqueza a Dios, él nos ayudará a descubrir si nuestras motivaciones no son del todo puras y a cambiarlas antes de que echen raíces en nuestro corazón. Seguramente, muchas hermanas casadas desean que sus esposos sean siervos ministeriales o superintendentes. Además de orar sobre este asunto, ellas pueden contribuir al progreso de sus esposos comportándose de manera ejemplar. Esto es muy importante, pues lo que dice y hace la familia de un cristiano influye muchísimo en la opinión que la congregación tiene de él. w09 15/11 1:15, 16

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