martes, 13 de septiembre de 2011

Tema 3: como mantener el ojo "sencillo"

Mantenga su ojo “sencillo”, no “inicuo” (w86 1/5)
 Puesto que a diario nos enfrentamos con una serie de distracciones atractivas a los ojos, podemos comprender con más claridad por qué Jesucristo nos amonestó a mantener nuestro ojo “sencillo”, y no “inicuo”. (Mateo 6:22, 23.) ¿Qué significa eso? La palabra que se vierte aquí como “sencillo” se deriva de la palabra griega ha·plous′, que básicamente significa unidad de mente o devoción a un solo propósito. Por otra parte, la palabra “inicuo” en el griego original es po·ne·ros′, y significa malo, inútil, malvado. De modo que el ‘ojo sencillo’, en vez de dejarse distraer o desviar por todo lo que sucede, fija la atención en una sola cosa. Por el contrario, el ‘ojo inicuo’ es falso, astuto y codicioso, y lo atraen las actividades dudosas y oscuras.
 Pero, ¿en qué debe fijarse la vista de modo que ‘todo el cuerpo esté brillante’? Una consideración del contexto de estas palabras nos ayudará a hallar la respuesta. En los versículos anteriores Jesús estaba hablando acerca de “tesoros sobre la tierra” y “tesoros en el cielo”. Él dijo que “donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón”. Luego, después de hablar del ojo, de nuevo enfatizó la necesidad de mostrar unidad de propósito, diciendo: “Nadie puede servir como esclavo a dos amos”, a Dios y a las Riquezas. En los siguientes versículos, él da consejo sobre el punto de vista que debemos tener tocante a las necesidades diarias y concluye con la siguiente amonestación: “Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Él, y todas estas otras cosas les serán añadidas”. (Mateo 6:19-34.)
 ¿Qué podemos sacar de todo esto? Jesús aquí está hablando de metas en la vida, y nos señala lo inútil que es el seguir tras las cosas materiales y las bendiciones que se obtienen de cultivar interés en los asuntos espirituales. Obviamente nos está diciendo que si fijamos nuestra vista exclusivamente en los intereses del Reino, ‘todo nuestro cuerpo estará brillante’. ¿Por qué? Porque si nuestra meta en la vida es hacer la voluntad de Dios, procuraremos reflejar las gloriosas buenas nuevas en todo aspecto de nuestra vida. No solo podremos mirar hacia un futuro seguro, sino que también estaremos libres de las cosas oscuras y solapadas que resultan de llevar una vida dedicada a búsquedas egoístas. (2 Corintios 4:1-6.)
 El apóstol Pablo reforzó las palabras de Jesús al decir: “Los que están resueltos a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina”. (1 Timoteo 6:9.) ¡Estas palabras ciertamente tienen solidez! Los informes noticieros están llenos de relatos acerca de senadores, alcaldes, jueces, banqueros, empresarios y otros empleados de oficinas que han cometido delitos y que, de acuerdo con un informe, “sustraen por lo menos 200.000 millones de dólares cada año” en los Estados Unidos solamente. La ‘tentación y el lazo’ de llegar a ser ricos ha hecho que personas que en un tiempo fueron respetables se convirtieran en delincuentes y criminales. De seguro no queremos que se nos ‘precipite a destrucción y ruina’, experimentando así la “oscuridad” de la cual advirtió Jesús. (Véase Proverbios 23:4, 5.)
 Sin embargo, ¿son los que fijan la vista en llegar a ser ricos los únicos que se enfrentan al peligro de andar en la oscuridad? No, pues “el deseo de los ojos” también incluye muchas otras cosas. Recuerde las palabras de Jesús registradas en Mateo 5:28: “Todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”. Sin duda, esa advertencia también pudiera aplicar a permitir que los ojos de uno se fijen en cosas que han sido diseñadas para excitar o despertar pasiones y deseos ilícitos.
 También están las inquietudes sobre las que habló Jesús: el comer, el beber y el vestirse. (Mateo 6:25-32.) Aunque estas cosas son necesarias, el deseo excesivo de siempre querer tener lo último en la moda, lo más costoso y lo más deseado en el mercado puede esclavizar la mente y el corazón. (Romanos 16:18; Filipenses 3:19.) Aun en la recreación, pasatiempos, deportes, ejercicios, etcétera, debemos ejercer equilibrio apropiado y guardarnos contra el caer en las novedades y antojos de este mundo. En todo esto, sería bueno tener presente las sabias palabras que se registran en Proverbios 27:20: “El Seol y el lugar de la destrucción mismos no se satisfacen; tampoco se satisfacen los ojos del hombre”. Ciertamente debemos ejercer autodominio para no poner en peligro nuestra espiritualidad al tratar de satisfacer nuestros ojos.
Mantengamos una vida sencilla (w01 1/3)
En primer lugar, examinemos el consejo de Jesús sobre las riquezas. Tras su advertencia sobre el hacer de la búsqueda de posesiones el objetivo primordial en la vida, pronunció esta expresión un tanto sorprendente: “Por eso, si tu ojo es sencillo, todo tu cuerpo estará brillante” (Mateo 6:19-22). Básicamente, dijo que si perseguimos con avidez la riqueza, el poder o cualquiera de las demás metas que la gente se fija, perderemos cosas más importantes. Al fin y al cabo, como indicó Jesús en cierta ocasión, “hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee” (Lucas 12:15). Si ponemos en primer lugar lo que realmente reviste importancia, como nuestra relación con Dios, la familia y otros asuntos relacionados, entonces nuestro “ojo” no se nublará, sino que será “sencillo”.
Notemos que Jesús no abogaba por el ascetismo ni por sacrificios extremistas, pues él no era un asceta (Mateo 11:19; Juan 2:1-11). Más bien, enseñó que aquellos que solo ven la vida como una oportunidad de amasar dinero la están desperdiciando.
Un psicoterapeuta de San Francisco (E.U.A.) señaló que para algunos que se han enriquecido a temprana edad, el dinero es “la raíz del estrés y la confusión”. Y añadió: “Se compran dos o tres casas, un automóvil, gastan el dinero a manos llenas, y cuando eso no ha conseguido [hacerlos felices], se deprimen, se sienten vacíos y se quedan vacilantes sin saber qué hacer con su vida”. A diferencia de ellos, quienes tienen muchas más probabilidades de hallar verdadera felicidad son aquellos que siguen el consejo de Jesús de llevar una vida más sencilla en sentido material y dar cabida a los asuntos espirituales.
Tom, un constructor residente en Hawai, se ofreció a colaborar en la edificación de lugares de adoración en las islas del Pacífico, donde la gente tiene poco en sentido material. Al observar a esas personas humildes, se dio cuenta de algo. “Mis hermanos cristianos de las islas —señaló— son realmente felices. Me ayudaron a ver de forma más clara que el dinero y las posesiones no son el secreto de la felicidad.” También observó a los voluntarios que trabajaban con él y se fijó en lo satisfechos que se sentían. “Podrían haber ganado mucho dinero —dijo—, pero optaron por colocar los asuntos espirituales en primer lugar y llevar un estilo de vida sencillo.” Esos ejemplos lo motivaron a simplificar su vida para dedicar más tiempo a su familia y a objetivos espirituales, algo de lo cual jamás se ha arrepentido.

¿Tenemos un ojo sencillo? (w01 15/10)
 “La lámpara del cuerpo es el ojo”, dijo Jesús. Y añadió: “Por eso, si tu ojo es sencillo, todo tu cuerpo estará brillante” (Mateo 6:22). El ojo sencillo se centra en un solo objetivo y no se distrae de él. De hecho, nuestro ojo debería estar enfocado en “busca[r] primero el reino y la justicia de Dios” (Mateo 6:33). ¿Qué puede ocurrirle al corazón figurativo si no mantenemos el ojo sencillo?
 Analicemos el asunto de ganarse la vida. Sostener a la familia es un deber cristiano (1 Timoteo 5:8). Pero ¿qué sucedería si quisiéramos tener lo último, lo mejor y lo más codiciado en materia de alimento, ropa, vivienda, etc.? ¿No nos esclavizaría eso el corazón y la mente, y nos haría irresolutos en nuestra adoración a Dios? (Salmo 119:113; Romanos 16:18.) ¿Por qué concentrarnos tanto en atender las necesidades físicas, que la vida solo gire en torno a la familia, los negocios y las cosas materiales? Recordemos el consejo inspirado: “Presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra” (Lucas 21:34, 35).

3 comentarios:

  1. estoy teniendo ese problema en estos momentos... tengo dinero perome siento vacio muy vacio hasta ierto punto derrotado. he creado dos empresas pero me siento vacio.. fue precursos 8 años y creo que fueron los mejores de mi vida

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