Jueves 25 de agosto
Tienen que guardar mis estatutos y mis decisiones judiciales, los cuales, si el hombre los hace, entonces tendrá que vivir por medio de ellos (Lev. 18:5).
Jehová declaró estas palabras al darles la Ley a los israelitas. Pero ellos fueron condenados por la Ley debido a que no pudieron cumplir con sus normas perfectas, por lo que necesitaban una liberación (Gál. 3:13). Además de Moisés, Jehová inspiró a otros hombres para que escribieran acerca de la esperanza de la vida eterna (Sal. 21:4; 37:29). Entre ellos se cuenta el salmista David. En uno de sus salmos, que habla de la unidad entre los siervos de Dios en Sión, concluye diciendo: “Allí ordenó Jehová que estuviera la bendición, aun vida hasta tiempo indefinido”, es decir, para siempre (Sal. 133:3). Isaías también profetizó por inspiración acerca de la vida eterna en la Tierra (Isa. 25:7, 8). El pecado y la muerte son como una “envoltura”, es decir, como un pesado manto que asfixia a la humanidad. Sin embargo, Jehová le garantiza a su pueblo que “se tragará” el pecado y la muerte; en otras palabras, los eliminará “de toda la tierra”. w09 15/8 1:14-16
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