Lunes 29 de agosto
Haznos un dios que vaya delante de nosotros, porque en cuanto a este Moisés, [...] ciertamente no sabemos qué le habrá pasado (Éxo. 32:1).
Poner en práctica lo que nos aconsejan las Escrituras puede ser especialmente difícil cuando afrontamos circunstancias adversas. Pongamos por ejemplo lo que les sucedió a los israelitas. Poco después de que Jehová los liberara de la esclavitud en Egipto, comenzaron a “reñir con Moisés” y a poner “a prueba a Jehová”. ¿Qué los llevó a quejarse de esa manera? La falta de agua (Éxo. 17:1-4). Posteriormente violaron la ley que prohibía la idolatría, aunque habían hecho un pacto con Jehová tan solo dos meses antes y se habían comprometido a obedecer todas sus palabras (Éxo. 24:3, 12-18; 32:2, 7-9). Fuera cual fuera la razón, lo cierto es que los israelitas “rehusaron hacerse obedientes” (Hech. 7:39-41). Más tarde, desobedecieron a Jehová cuando por temor se negaron a entrar en la Tierra Prometida. Por esta razón, Pablo advirtió enérgicamente a los cristianos que evitaran caer en el mismo patrón de desobediencia de los israelitas (Heb. 4:3, 11). w09 15/5 1:11
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