Viernes 16 de septiembre
Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová; enséñame tus propias sendas. Hazme andar en tu verdad (Sal. 25:4, 5).
¿Y si lo que nos pasa es que estamos siguiendo la ley del mínimo esfuerzo en la congregación y sencillamente nos falta la motivación para hacer más? Pablo escribió: “Dios es el que, por causa de su beneplácito, está actuando en ustedes a fin de que haya en ustedes tanto el querer como el actuar”. En efecto, Jehová puede actuar en nosotros infundiéndonos el deseo de hacer más en su servicio (Fili. 2:13; 4:13). ¿Verdad que eso es precisamente lo que deberíamos pedirle? Así lo hizo el rey David, como lo muestran las palabras del texto de hoy. Nosotros también podemos pedirle a Jehová que despierte en nosotros el deseo de hacer lo que le agrada. Cuando meditamos en lo mucho que Jehová y su Hijo valoran nuestro servicio, nuestro corazón se llena de gratitud (Mat. 26:6-10; Luc. 21:1-4). Y esa gratitud nos impulsa a rogarle a Dios que nos infunda el deseo de progresar espiritualmente. w09 15/11 3:9, 10
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